ESCULTURAS PERSONALIZADAS: LA PÁTINA EN EL BRONCE
La Pátina en el bronce es el resultado natural o inducido que tienen algunos materiales, este adquiere un color diferencial de aspecto envejecido.
El bronce proviene de una aleación entre cobre y estaño. En este post, te enseñaremos el proceso de creación de este material y papel importante que tiene la pátina.
LA CREACIÓN DEL BRONCE
El bronce se obtiene la combinar cobre con estaño en proporciones específicas. Este proceso comienza en un horno de carbón donde ambos metales se funden a temperaturas elevadas. Dependiendo del resultado deseado, la proporción de estaño puede varias entre el 5% y el 10%. El calor permite que estos materiales se mezclen y formen una aleación sólida y versátil que ha sido la bases de innumerables esculturas y artefactos a lo largo de la historia.
LA HISTORIA DE LA PÁTINA
La palabra «Pátina» proviene del latín «patina», que significa «plato», refiriéndose al barniz que cubría los platos antiguos. La pátina es una capa delgada de sales que se forma naturalmente con el tiempo por la corrosión. Esta capa no solo protege el metal original, sino que también le otorga un color y textura diferencia, convirtiéndose en una característica única de las obras de arte.
LA PÁTINA EN LAS ESCULTURAS

Las pátinas pueden ser naturales o artificiales. Las pátinas artificiales se crean utilizando soluciones químicas que reaccionan con el calor sobre la superficie de bronce, formando una capa delgada de corrosión de color. Esta capa puede ser transparente u opaca y se aplica en múltiples capas para crear efectos variados y complejos.
A lo largo de la historia, diferentes culturas han utilizado pátinas para decorar metales, imitando tonos marrones y verdes que el bronce adquiere de manera natural cuando se expone a factores ambientales.
PROCESO DE APLICACIÓN DE LA PÁTINA EN EL BRONCE
Para aplicar la pátina, la pieza se calienta cuidadosamente con un soplete hasta alcanzar una temperatura entre 80º y 95ºC. Si la temperatura es incorrecta, la solución química no se adhiere adecuadamente, resultando en un color irregular y difícil de igualar en futuras aplicaciones.
Una vez alcanzada la temperatura correcta, se aplica la solución química, generalmente a base de nitratos, con una brocha o pulverizador hasta lograr el color deseado. Este proceso es delicado y requiere precisión para asegurar que la pátina se distribuya uniformemente. Después de la aplicación, la escultura se deja enfriar y la pátina se neutraliza y fija con una capa de cera. Este paso final es clave para preservar el color y el acabado de la escultura, asegurando que se conserve bien.

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